1. Acompañar no significa olvidarte de ti
Cuando alguien que amamos es diagnosticado con cáncer, muchas veces nos volcamos completamente a su cuidado. Queremos estar presentes, ser útiles, anticiparnos a sus necesidades. Sin embargo, en ese proceso es común dejar de lado nuestras propias emociones, necesidades o límites.
Acompañar emocionalmente no significa hacerlo todo, ni hacerlo perfecto. Significa estar disponibles desde el amor, sin perdernos en el intento.
2. El desgaste del cuidador también necesita atención
La sobrecarga emocional, física y mental que enfrentan los cuidadores puede llevar al llamado “síndrome del cuidador quemado”. Irritabilidad, cansancio extremo, ansiedad, insomnio o sentimientos de culpa pueden ser señales de que algo no anda bien.
Reconocer tus propios límites, darte permiso para descansar o pedir apoyo psicológico no es egoísmo, es un acto de responsabilidad. Cuando tú estás bien, puedes acompañar mejor.
3. Claves para acompañar sin descuidarte
✔️ Escucha sin intentar “arreglar”. A veces, solo estar y validar lo que el otro siente ya es suficiente.
✔️ Respeta tus emociones. Es válido sentir miedo, tristeza o impotencia. No necesitas ser fuerte todo el tiempo.
✔️ Crea espacios para ti. No pospongas tu descanso, tus relaciones o lo que te recarga emocionalmente.
✔️ Pide ayuda. Habla con otros familiares, amigos o busca apoyo profesional. No tienes que cargar con todo.
Acompañar también es cuidar, pero recuerda: tú también necesitas ser cuidado.
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